lunes, 22 de junio de 2015

EL ATLÁNTICO Y SUS CORRIENTES OCEÁNICAS

El papel de los océanos es imprescindible tanto para el clima como para los flujos de CO2 en los sistemas de la biosfera. Por un lado absorbe energía solar que gracias a sus corrientes lo distribuye entre el ecuador y los polos, y por otro lado actúa como sumidero de CO2, modificando la concentración de este gas de efecto invernadero en la atmosfera y ajustándolo al ciclo natural, de este modo los océanos contienen 50 veces más CO2 que la atmosfera y 20 veces más que la biosfera. En condiciones naturales estos ciclos se mantienen en equilibrio, pero el problema es el aumento  de las emisiones desde la revolución industrial a mediados del siglo pasado, lo que está provocando desbarajustes en los ciclos.
El océano Atlántico está situado entre las dos grandes potencias mundiales en cuanto a producción de CO2, América y Europa. Y estas grandes potencias, entre otras, están aumentando considerablemente sus emisiones de CO2 antropogénico a la atmosfera, con los problemas que esto lleva consigo.
Este problema es un ciclo que se retroalimenta, me explico; el CO2 es un gas de efecto invernadero, y como tal, contribuye a la aceleración del cambio climático, y por supuesto, cuanta más cantidad haya en la atmosfera peor será y más rápido será el incremento de la temperatura media en la tierra. Al aumentar más la temperatura media de la tierra los océanos reciben más calor y estos están aumentando la temperatura de sus capas más superficiales, de tal manera que el calor alcanza cada vez capas más profundas, y esto está provocando un desequilibrio entre las aguas superficiales más calientes que circulan del ecuador a los polos, y las aguas más profundas y más frías que circulan de los polos  al ecuador, y este desequilibrio conlleva en que las corrientes marinas se están ralentizando, lo cual a su vez afecta a que los mares cada vez asimilan menos CO2 atmosférico, lo que contribuye aún más en el almacenaje antinatural y excesivo de CO2 en la atmosfera, volviendo de nuevo al comienzo del ciclo, y realimentándose constantemente y exponencialmente, corriendo el grave peligro de que en algún momento las corrientes marinas dejen de funcionar, y deteniéndose así el flujo entre las aguas ecuatoriales y las polares, cuyas consecuencias podrían ser catastróficas para la vida en la tierra.
Las zonas más afectadas precisamente, si se detuvieran las corrientes oceánicas, serían los países situados en el hemisferio norte, y más concretamente los situados en la zona del Atlántico norte, si esto sucediese, estas zonas entrarían en largas etapas de temperaturas bajo cero, con las múltiples consecuencias que esto provocaría tanto para la vida de las plantas como en los animales y seres humanos.
En definitiva, la historia de siempre, esta vez el escenario es el océano Atlántico y los protagonistas y los culpables somos los de siempre, y lamentablemente no parece que haya mucha conciencia por parte de los gobiernos que tienen mayor peso en la toma de decisiones respecto a los modelos de sociedad y de consumo en el que vivimos, ya que no les interesa por múltiples motivos, que no cabe en este trabajo entrar a analizar, pero que ahí están.
Y como cita el texto base de este trabajo: “Los científicos llevan tiempo estudiando el funcionamiento del Atlántico porque es el océano que almacena mayor cantidad de CO2 respecto a su volumen total (solo el Atlántico Norte absorbe anualmente un tercio de todo el dióxido de carbono captado por los océanos)”. Es algo a tener en cuenta.





Bibliografia.
-          Captación de CO2 antropogénico en el atlántico. Aida F. Ríos. Departamento de Oceanografía Instituto de Investigaciones Marinas. CSIC.
-          Flujos de CO2 océano-atmósfera. ME De La Cruz-Orozco, JE Valdez-Holguín, G Gaxiola-Castro, M Mariano-Matías, TL Espinosa-Carreón.

-          Corrientes marinas II. J. Rubén G. Cárdenas.

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